Anhelos y casualidades de una vida
Calculo yo que era mi cumpleaños número 20, quizás 21, cuando mi amiga Viga Durango me dio un inolvidable regalo: un CD que ella misma había grabado con sus músicas favoritas. Era una colección de cosas estupendas que atesoré por años. Con ese CD descubrí un músico francés cuyo nombre ni siquiera sabía bien…