Aprender a ponerme en sus zapatos
Ella, como los demás de su especie, se ha acabado resignando a ser mandoneada. Cuando se levanta en las mañanas raramente tiene el privilegio de quedarse viendo los pájaros por la ventana y no es su canto lo que la despierta, es mi voz. “Anda a hacer pipi. Vamos a tomar el yogurt. La profesora…