Calculo yo que era mi cumpleaños número 20, quizás 21, cuando mi amiga Viga Durango me dio un inolvidable regalo: un CD que ella misma había grabado con sus músicas favoritas. Era una colección de cosas estupendas que atesoré por años. Con ese CD descubrí un músico francés cuyo nombre ni siquiera sabía bien cómo se pronunciaba. Un tal Yann Tiersen, que desde entonces se volvió un compañero inseparable de mi vida.
Poco tiempo después, gracias a un amigo con un arsenal inmenso de música, conseguí hacerme de prácticamente todos los discos que Yann Tiersen había grabado hasta entonces. Los guardé en mi iPod y nunca más actualicé ni cambié ese iPod viejo, solo para no correr el riesgo de perder su música.
Debo decir que hay muchos estilos musicales que me gustan y diversos compositores que aprecio y escucho regularmente. No soy ninguna fanática que colecciona fotos de su artista favorito o está a la caza de su disco más reciente. Ni siquiera acostumbro hablarle a la gente de Yann Tiersen. Es como si simplemente su música fue siempre una parte natural de mi vida diaria.
A lo largo de estos 10 años, Yann Tiersen ha estado conmigo en mi día a día, en mis viajes, en mis noches de insomnio, en mis paseos en bicicleta, en mis horas de estudio y en casi todos mis momentos más importantes: desde la víspera del día que resolví renunciar a mi empleo en Ecuador, hasta durante aquel largo vuelo que me condujo a Japón para comenzar una nueva vida.
Durante todo este tiempo, siempre anhelé oírlo en vivo y cuando supe que me mudaría a Europa, mi anhelo creció. Poco despues de que arribé a Suiza me enteré que en mayo se presentaría cerca de Ámsterdam, pero cuando quise comprar las entradas ya estaba todo agotado para ese y varios otros shows posteriores…
Pero esta noche yo vi a Yann Tiersen en vivo. Con su piano, su violín y sus pequeños y graciosos instrumentos, lo vi interpretar la música que ha sido la banda sonora de mi vida por tantos años. Fue una noche extraordinaria y sucedió gracias a una serie de felices casualidades.
Esta mañana, por puro azar, descubrí que se presentaría en una casa de concierto aquí en Londres, donde he venido a pasar un feriado. Obviamente todas las entradas estaban agotadas, pero dado que mañana ya me voy y que esta era mi única oportunidad, resolví ir a probar suerte y la tuve!. Gracias a dos cancelaciones, conseguí entradas para Fábio y para mí. Dos entradas en lugares separados que luego por casualidad y amabilidad de la gente lograron convertirse en dos asientos juntos.
Así gracias a la casualidad hoy cumplí un pequeño anhelo de toda la vida. Escuchar esta noche a Yann Tiersen fue tan maravilloso como la propia casualidad que me condujo a descubrir su música, como la casualidad que me llevó a enamorarme de este trotamundos, como todas las pequeñas y hermosas casualidades que han envuelto siempre mi vida.
!Hermosa! Lo lograste 🙂 Yo estuve a punto de verlo en vivo pero no conseguí entradas. Es algo que tengo pendiente. Al concierto que sí logré ir fue al de Goran Bregovic, otro que está en mi banda sonora de vida. Qué bueno que te gustó el cd y que compartamos bandas sonoras de vida. !Te mando un abrazo enorme!
Muchas gracias por ese memorable regalo de cumpleaños 🙂 que también tenía música de Goran Bregovic y que, de hecho, creo que aún lo tengo guardado con cariño en alguna caja de recuerdos. Un fuerte abrazo amiga!!
Dios está en todas partes pero escondido en las coincidencias y los planes puramente humanos.
No hay suerte en los caminos de los que Dios ama: la mano de Dios lo ordena todo. Y en los caminos de mi Magister siempre reinará el AMOR que, es la llave maestra que abre todas las puertas.