Un domingo en Harajuku

Decora es una popular moda urbana caracterizada por un exagerado uso del color y de los accesorios.

El dolor en los pies la está matando. Ha pasado una hora caminando y ahora que se sentó a la mesa del restaurante solo piensa en lo delicioso que sería quitarse los zapatos; pero por supuesto no lo hará, de hecho tampoco le confesará a sus amigas lo mucho que le duelen los pies. Sería muy poco elegante admitir que no es capaz de soportar una caminata sobre un par de tacones. Además, estas plataformas negras (de 10 centímetros de alto y con púas en los costados) son un elemento fundamental de su atuendo, conformado por una diminuta falda, unas pulseras de colores en los brazos y su peluca rubia favorita.

Mientras bebe su té helado y platica de la vida, secretamente se lleva la mano al pie izquierdo y se masajea el tobillo. Sabía que le costaría caro usar tan incomodo calzado hoy que pasaría toda la tarde caminando por las colinas de Harajuku, pero sabía también que no hay mejor lugar para lucir un nuevo par de zapatos que aquí.

Harajuku es uno de esos barrios de Tokio totalmente conquistado por los adolescentes y la moda. Sea de día o de noche, Harajuku siempre está abarrotado de jóvenes con los más modernos y extravagantes atuendos. Hasta ahí llegan también decenas de turistas con sus cámaras y sus rostros de incredulidad. Mientras los unos se lucen en esta pasarela pública, los otros lanzan fotos sin ninguna discreción.

El maquillaje y los zapatos de plataformas son comunes entre los chicos de estilo dark

Tal vez ella también fue fotografiada mientras miraba los escaparates de las tiendas. Sin embargo, está consciente de que a pesar de sus pestañas postizas y su maquillaje de muñeca, ella es una de las más convencionales quinceañeras de la fauna urbana de esta tarde. Y es que hoy es domingo, el día más importante de la semana en Harajuku, pues es cuando los kodonas, oshares y decoras presentan sus más recientes y descabellados atuendos.

En frente de la estación de Harajuku

A los kodonas, por ejemplo, se les suele ver con estilos victorianos y su característica ropa infantil; sin embargo, en Harajuku son más comunes las lolitas (la versión femenina de los kodonas) Son adolescentes con vestidos de niñas, peinadas y maquilladas con el fin de proyectar la imagen más inocente y cándida posible.

A ella sus pies no han dejado de dolerle, pero su amiga (una Gothic Lolita) está interesada en visitar unas tiendas después de terminar su té helado. A pesar del dolor, la idea de pasear un poco más a ella le gusta, pues aún no ha visto ni un solo rockabilly. De entre las múltiples modas de los hombres, el estilo rockabilly es su favorito. Disfruta mucho de ver esos chicos vestidos igual que Elvis Presley, el cabello con gomina y el cuello de la camisa levantado. Quizás sería una buena idea pasar por el parque Yoyogi después, donde los rockabilly acostumbran reunirse a escuchar música de los años 50.

El número de turistas extranjeros que se pasean con sus cámaras en Harajuku casi iguala el número de jóvenes extravagantes que desfilan por estas calles

Sin embargo, tal vez lo más sensato sea admitir que no soporta más sus pies y que todavía le falta terminar esa tarea de matemáticas que deberá entregar mañana. Además, el tren hacia su casa tardará, en el mejor de los casos, una hora en llegar.

Ella mira su reloj y se le abre el apetito: si se marcha ahora estará en casa a la hora precisa en que su mamá acostumbra servir la cena.

2 comentarios en “Un domingo en Harajuku

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