Conforme mi tiempo en Tokio avanza he comenzado a cultivar una gran admiración por las mujeres japonesas. En ninguna sociedad es fácil ser mujer; sin embargo, en Japón es particularmente difícil. La japonesa es una sociedad profundamente machista, donde la imagen de la mujer está casi exclusivamente vinculada al cuidado de los hijos y el hogar.
De hecho, incluso el significado de la palabra «esposa» en japonés (si se leen los kanjis que la conforman) significa literalmente: «dentro de casa». Ir en contra de tan generalizado estereotipo significa un verdadero reto para las mujeres en este país.
Una encuesta efectuada recientemente por el Instituto Nacional de Población y Seguridad Social en Japón, reveló que el 70% de las parejas japonesas están de acuerdo en que, tras casarse, las mujeres deberían renunciar a sus trabajos para dedicarse exclusivamente al cuidado del hogar. La inflexibilidad de horarios laborales, permisos por maternidad cortos y un enorme déficit de guarderías en el país, contribuyen a que luego de tener su primer hijo, más del 60% de las mujeres en Japón dejen, de hecho, sus trabajos.
Hace pocos días, la directora ejecutiva de ONU Mujeres, Michelle Bachelet, visitó Japón y se reunió con altos funcionarios del gobierno. La ex presidenta de Chile felicitó los esfuerzos del país por erradicar la violencia contra las mujeres y las desigualdades laborales; sin embargo destacó que «tan sólo un 13,4% de los parlamentarios japoneses son mujeres» e instó a que «más mujeres líderes trabajen junto con los hombres para hacer que las sociedades sean más sostenibles». Sin embargo, resultó decepcionante ver en la prensa las fotografías de sus reuniones: a parte de ella y sus asesoras, no habían más mujeres en la mesa.

Michelle Bachelet y una mesa repleta de hombres, para tratar la inclusión de la mujer en el mercado laboral en Japón.
Según citó Bachelet, «las mujeres en Japón ganan alrededor de dos tercios de lo que ganan los hombres». A esto se suma la dificultad de alcanzar posición de dirección dentro de las empresas. Mujeres consultadas por el diario Japan Times coinciden en que ellas reciben cargos de menor rango en las oficinas, condición que se agrava aún más tras el matrimonio. Una encuesta citada por el diario, revela que el 77% de mujeres sienten que la decisión de formar una familia las vuelve menos competitivas en el mercado laboral. «En Japón cuando una mujer escoge trabajar en lugar de quedarse en casa y cuidar de su esposo, es llamada de ‘devil wife'», confiesa una de las entrevistadas.
Sin embargo, la batalla de las mujeres en este país no se libra solo en el trabajo. Según datos presentados por Bachelet, en Japón «una de cada tres mujeres casadas ha sido víctima de algún tipo de violencia física o sexual en su vida». Mientras la sociedad empuja a las mujeres a recluirse en el hogar, paradójicamente el abandono de sus trabajos las convierte en individuos «dedicados a tareas poco valoradas socialmente», ganándose así el menosprecio de sus parejas y, en ciertos casos, incluso el maltrato.
Y como si todo esto no fuera suficiente, un promedio de 7 de cada 10 mujeres en Japón ha reportado haber sido molestada (manoseada) dentro de un tren. La cantidad de abusadores en los trenes ha obligado a que, desde 2003, en Japón se establezcan vagones exclusivos para mujeres durante las horas pico.
Las cifras resultan decepcionantes: este país que encabeza las listas en materia de innovación y desarrollo, se ubica en las posiciones más bajas en cuanto a igualdad de género. En suma, una dura batalla cotidiana para los millones de mujeres que habitan este nación.
Sin embargo, yo no me permito el desaliento, las amigas que he tenido la suerte de conocer en estos cuatro meses en Japón, alimentan mi fe en este país. Amigas como Keiko, que habla cuatro idiomas y ha recorrido varios continentes o Mariko que trabaja analizando ADN para el desarrollo de nuevos fármacos, me llevan a pensar que, aunque lento, Japón avanza hacia un futuro mejor…
Ola soy cristina , desde España ;quiero comentar una cuestion si es verdadera o no en Japon .
Mi pregunta es :¿ Las mujeres europeas ¨si no nos casamos con japoneses¨ podemos ganar lo mismo que un varon japones ?
Hola Cristina,
Gracias por tu pregunta. Creo que hay dos puntos aquí que debes considerar:
Primero está el tema de la situación laboral de los extranjeros en Japón. Por lo que he podido ver, aquellos extranjeros (sean hombres o mujeres) casados con un local, tienen más facilidad de encontrar un trabajo aquí, pues no tienen problemas de visas y permisos como otros extranjeros.
Sin embargo, en el tema laboral de las mujeres, específicamente, la situación es siempre complicada y desigual; de modo que me atrevo a pensar que en muchas empresas, las mujeres (sean locales o extranjeras) tienen dificultades para ganar lo mismo o más que un hombre que realice la misma tarea. De hecho, si revisas las estadísticas mundiales, verás que es muy frecuente que en el mercado laboral las mujeres reciban siempre remuneraciones inferiores a las de los hombres. Una verdadera injusticia que debemos aspirar a cambiar!!
Saludos y gracias por leer el blog!