Latinoamericanos y el miedo al cuerpo desnudo

A los extranjeros nos gusta decir que los japoneses son muy tímidos. Los japoneses no se besan en público. Los japoneses no se abrazan, no se tocan si quiera. Los invade un gran recelo si un extraño les habla en la calle y casi nunca se echan una conversa de la nada con el taxista o la mesera del café.

A nosotros, los latinoamericanos, nos gusta decir que somos muy abiertos. De pronto, nos da por hablar con la vecina del asiento de al lado en el bús. Nos gusta abrazarnos y saludarnos con beso. Y parece, para quien nos ve de fuera, que tuviéramos una infinita confianza entre nosotros. Pero hay una timidez nuestra en la que poco reparamos: somos terriblemente receloso con nuestro cuerpo desnudo.

Lo japoneses son tímidos sí, pero ninguno tiene los pudores que nos sonrojan a nosotros cuando se trata del cuerpo. ¿Será la religión la que nos hizo así? Sea lo que fuere, en Japón no hay tal cosa como que las mujeres se oculten las unas de las otras para cambiarse de ropa o bañarse.

En los famosos Onsen (baños de aguas termales) las piscinas se dividen por genero, y en el tocador de mujeres ninguna tiene reparos de aparecer desnuda frente a las demás. Y a la hora de entrar al agua, a nadie nunca se le ocurre llevar algo para cubrirse el cuerpo. El principio parece ser el siguiente: dado que todas somos básicamente iguales (fuera de tallas, pesos y colores) qué diferencia hace vernos sin ropa cuando llega la ocasión.

Estas reflexiones me vinieron a la mente a propósito de lo que me sucedió esta tarde en la sección de ropa interior femenina. Mientras estaba yo cambiándome, con un breve “con permiso”, la dependienta entró en mi vestidor para valorar si la talla de sostén que ella había escogido para mí era en efecto la apropiada. En seguida, y sin ningún recelo, “echo manos a la obra” para acomodar las cosas en su lugar. Tocó todo lo que hubo que tocar, miró y valoró con total confianza, hasta asegurarse de haber escogido la pieza perfecta.

Fue profundamente gracioso, pero también instructivo para esta latinoamericana que nunca había tenido tales confianzas con las dependientas en su propio país.

Al final, me marché agradecida con ella y su buen juicio para escoger ropa,. Sin embargo, no pude evitar preguntarme si alguien en una tienda en Ecuador, con todo y nuestra proclamada confianza, habría hecho algo similar.

PD. Si les gusta acompañar mi blog, los invito también a seguirme en Twitter. He acabado de reabrir mi cuenta y todavía me siento un poco sola en esa red social @SandraYepezRios.

Un comentario en “Latinoamericanos y el miedo al cuerpo desnudo

  1. Bueno…en este proceder influye mucho las diferentes culturas de los pueblos. Por poner un ejemplo: existen pueblos amazónicos donde sus habitantes muy sueltos de huesos caminan totalmente desnudos sin la más mínima manifestación de vergüenza y preocupación del que dirán.

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