Otra vez voy a hablar de España, pero es que hay tanto que se puede decir de España. Este año he tenido el placer de visitar algunas de sus regiones: Andalucía, Cataluña, el País Vasco, la ciudad capital… En cada lugar he sentido que estoy en un país distinto, un país que guarda similitudes con sus vecinos pero que tiene una personalidad muy definida también.
Y no es posible sentirse más en otro país que cuando se viaja a la región de España cuyo nombre ya advierte que se ha arribado a un lugar diferente, como lo decían varios carteles que encontré en mi camino “aquí no es España, aquí es el País Vasco”.
Hace pocos viajé a esa particular región del país junto con mi hermana. Fuimos recibidas por un par de extraordinarias mujeres: Julia, de Madrid (quien ha vivido en casi toda España, pero lleva ya 24 años en tierras vascas) y Amaya, de Tudela, al sur de Navarra.
En su gran amabilidad, las amigas nos llevaron a recorrer las pintorescas calles de varias ciudades vascas, todas bonitas, todas con nombres muy particulares y todas con una gastronomía formidable (he ahí lo que parece ser una similitud de todas las regiones de España)
En nuestros recorridos por Donostia, Zarauz, Getaria, rápidamente identificamos que las proclamas políticas estaban casi en todas partes, unas hablaban de presos políticos y otras tantas insistían en la independencia del País Vasco. Y aunque es posible hallar banderas de la región en varios lugares, no hay sitio donde ondee una de España. Según Julia, los vascos solo izan la bandera española cuando son obligados a hacerlo.
La visita fue muy corta para poner entender el lugar más allá de la mirada ignorante de un turista más. Para arribar a comprender los conflictos políticos del País Vasco y España haría falta dedicarle al lugar quizás las mismas dos décadas que Julia le ha dedicado. Yo no estoy en condición de abordar el asunto; sin embargo, aquellos letreros y aquellas arengas no dejan de llamar la atención y me pareció que valía la pena compartir aquí algunas de las fotografías que capturé, por si en casa ustedes quieren sentarse a hacer sus propias reflexiones.