Una introducción a este blog…

En este país voy entrando a tropiezos, como un niño que recién aprende a caminar. A veces doy unos pasos acertados (como conseguir tomar un taxi y decirle a dónde quiero ir) a veces me caigo y tengo que avanzar gateando (como cuando me pierdo en la estación del metro). Así voy aprendiendo a vivir en Japón. Yo, que por casi 30 años me acuné en las montañas de los Andes, ahora aprendo a caminar sin andador por este planeta inhóspito.

Pero todo lo vivido merece ser contado, quizás porque solo así queda registro de que se vivió, de que una vez estuve en Japón, de que un día me perdí en el metro, de que una tarde almorcé nata de soya y me constó 150 dólares. En fin, ya sea para desahogar el sentimiento de ser un expatriado, o solo para seguir hablando en mi idioma, el español y el de las letras, tengo que seguir escribiendo…

Después de algunos meses de no escribir para ningún medio de comunicación, quiero anuncia al mundo que aún soy periodista: pues lo que uno es no depende de si se tiene un empleo o no, o del lugar donde la vida le obligue a uno a trabajar. Porque ante todo somos aquello que escogemos ser y no únicamente aquello que la vida nos obliga a hacer.

Por eso, hoy, agosto de 2012, inauguro este blog para no olvidar que soy periodista. Una periodista que se acabó de mudar a Tokio y que vivirá en estas tierras por al menos dos años o tres. No sé si todavía alguien lee blogs, pero he aquí el mío.

¡Bienvenidos!