Una cita en Roma con tres mujeres que admiro

Durante este fin de semana, cuando en las tiendas y restaurantes de Roma las personas nos preguntaban “de dónde son?”, las chicas y yo nos reíamos y pasábamos a explicarles la complicada ecuación: yo soy de Ecuador, pero vivo en Suiza; ella es japonesa, y vive en Singapur; ella es española pero vive en Japón, y ella es brasileña y vive en Egipto.
Por dos deliciosos días, mis amigas y yo disfrutamos mucho de ofrecer esa original respuesta a la gente. A cambio recibíamos caras de confusión; la siguiente pregunta obvia era: ¿entonces, cómo diablos se conocen?: hubo un tiempo en que todas vivíamos en Tokio -les explicamos- y ahora hemos venido hasta Roma solo para poder pasar un fin de semana juntas de nuevo.
Luego de marcharnos de Japón y quedar regadas por el mundo, tardamos dos años para hacer realidad el encuentro y a algunas, como a Toko (la japonesa en Singapur) les hizo falta pasar un día entero volando para llegar aquí, mientras a otras como Yukie (la brasileña de Egipto) les tocó fajarse con su jefe para tener un domingo libre en un país donde aquel es un día laborable. Pero lo conseguimos! Llegamos a Italia y al final, de Roma vimos muy poco. La bella ciudad tuvo que conformarse con una fracción de nuestra atención y nuestro tiempo, dedicados casi totalmente a la charla.
Ayer, a la simpática dependienta de una tienda de vinos le encantó tanto nuestra historia que nos despidió con besos y abrazos y nos dijo fascinada “Voi sei come Sex and the City!!” Ahora, mientras mi avión despega de vuelta a casa, y mis amigas cada una está también abordando su vuelo para dejar Italia, reflexiono en lo que nos dijo la mujer y creo que me gusta la comparación, porque aunque la serie americana tenía mucho de estereotipo y falsedad, algo que siempre aprecié de ella fue que los cuatro personajes eran mujeres exitosas e independientes en un mundo gobernado por hombres.

Hoy me marcho pensando en que aquello es exactamente lo que más valoro de mis amigas. Teresa dejó su natal Andalucía y llegó hasta Japón gracias a su propio y arduo trabajo, Toko se forjó una carrera en un ambiente hostil y ahora tiene una alta posición en una compañía internacional, mientras que Yukie asumió con valentía el reto de ser una diplomática mujer en un país sumamente conservador, a donde hay quieres estarían reticentes a ir. Todas han alcanzado posiciones que en otros tiempos serían impensables para una mujer, todas han superado desafíos que en el pasado estarían reservados solo para hombres, y todas han llegado tan lejos como han querido, sin necesidad de tener para ello un anillo en el dedo, o una mano masculina que las sostenga a la hora de dar el próximo paso.

Al comparar nuestra historia con la serie, yo sería el personaje que escribe y me siento orgullosa de poder escribir su historia. Me gusta, de vez en cuando, poder hablar de esmaltes de uñas y recetas de cocina con ellas, pero me gusta sobre todo tenerlas para debatir nuestra visión del mundo, repasar nuestros retos como mujeres y compartir nuestras metas y proyectos de futuro. Soy feliz de tener esas mujeres poderosas en mi vida y soy feliz de estar ahí para continuar escribiendo la reseña de sus muchos triunfos.

¡Enhorabuena amigas y hasta el próximo encuentro!

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